viernes, 30 de marzo de 2012

Domingo de Ramos

La madre de mi marido me tiene frita, para variar. El domingo de Ramos, no sé si en otro sitios se sigue haciendo o no, pero en su pueblo, se estrena ropa, se va a la misa con palmas o ramos. Yo no voy a estar, se adelantan unos días el padre y los nietos a disfrutar de la abuela y me tiene la cabeza loca con la ropa que les ponga a los niños en la maleta.
Tenemos dos problemas, uno que no tienen nada para estrenar, y dos que lo que tienen a mi suegra no le gusta para que vayan con ella a misa. El otro día ya no pude más y le dije por teléfono que yo les hacía la maleta normal y que si ella quería que se fuera el sábado a comprarles lo que a ella les gustara que yo no tenía ningún problema en eso.  Antes hablamos muchos minutos, creedme, de la ropa de la que disponen, sobre todo la niña, porque según ella, las niñas son las que lucen la ropa, los niños no.
Me he quitado de enmedio, pero ahora el problema lo tiene mi marido que sabe que se va a tener que ir con su madre y los niños a comprarles ropa, que no les hace falta y solo se pondrán ese día, y además como es un poco "agarrada" la va a tener que pagar él, y eso creo que es lo que más le molesta que seguro que elige lo más caro, y mi marido es de los de llevarlos en chándal todo el año. 
Lo que daría por verlos por un agujerito el sábado de compras y el domingo mientras los visten, que ya me imagino al mayor: 
-Pero abuela, que las camisas no me gustan, que no quiero botones, que este jersey es de mayor y yo soy un NIÑO, quiero mi sudadera de M´queen, y estos zapatos no, que los mejores son las zapatillas de correr, que tengo que hacer muchas carreras y sprines, ¿a que tu no sabes lo que es un sprint?.......
 Feliz Semana Santa para tod@s, a la  vuelta vendré con material fresco. 

miércoles, 21 de marzo de 2012

El día del padre

Si sois televidentes de Bob Esponja, casi seguro habéis visto un capítulo (por estadística, con  las veces que lo repiten lo habéis visto de fijo) en el que Bob Esponja y Arenita tiene una pelea de karate interminable, por todos los sitios y a todas horas, pues el otro día hablando por teléfono con la madre de mi marido me hubiera gustado sacar la mano como Arenita, por el otro lado del teléfono y darle de mamporros a la madre de mi marido. 

Si antes digo en una de las entradas anteriores que la madre de mi marido por teléfono es hasta simpática, antes me trago mis palabras. 

Bueno, os cuento, día del padre, familia feliz, regalos hechos por los niños y uno comprado pero útil para el papá-se me cae la baba, y tarde con planes en familia, todo maravilloso. Pues llega la noche, mi marido en el baño y suena el teléfono, veo el número y lo reconozco claro, y me hago la longuis. Pero una voz sale desde el baño pidiendo que lo coja y se lo pase a los niños mientras él sale. Los niños como siempre no quieren hablar con la madre de mi marido porque no tienen  tema de conversación con ella, que no es que lo tengan con otras personas, pero hay quien les hace preguntas y les canta canciones por teléfono y con esos sí que hablan y un buen rato. Respiro hondo y hablo con ella:
-Si, si, todo muy bien, hemos pasado un buen día.
-¿y hace frío?
-Pues un poco, sobre todo aire, que es muy desagradable.
-Oye, ¿y habéis arreglado ya (obsérvese el plural ) el desagüe del lavado del baño?
-No, tu hijo lo tiene apuntado en una lista de cosas para hacer en casa en el puesto número uno, pero todavía no ha tenido tiempo. 
-Claro, pobre, con lo que trabaja (aquí empiezo a meter la mano por mi teléfono para ir directa al cable), si es que tiene tanto que hacer, que lo del desagüe puede esperar, que por las noches rendidito tiene que llegar a casa (ya voy por la mitad del camino entre mi casa y la suya), y si no mejor, míralo tú que tienes más tiempo... (y aquí ya saco la mano por su teléfono y le doy en la cabeza bien fuerte gritando:
-Mañana mismo, en cuanto me levante, dejo de ir al gimnasio y a la peluquería y a la clase de yoga y me pongo a arreglar el grifo, o si no mejor por la tarde cuando venga de recoger a los niños, los ato a una silla y los amordazo y en ese momento saco las herramientas porque si no, no veo el momento de sacar un destornillador y que vengan los dos a "ayudarme" a atascarlo más claro; no, ya sé cuando se vayan los dos a dormir, como yo no estoy cansada ni llego rendida a las once de la noche, después de trabajar 6 horas y estar toda la tarde con dos fierecillas, en ese momento me voy a poner a mirar el grifo)

Pero no pude darle los mamporros por el teléfono que llegó mi marido y al pasarle el teléfono le digo: 
-Comenta tu madre si ya "hemos" arreglado el desagüe del lavabo....

He llamado a un fontanero. 

martes, 13 de marzo de 2012

La siesta

En la familia de la madre de mi marido no duermen la siesta, así de rotundo, nadie duerme la siesta, nunca. Y parece que para ella que todo el mundo sepa esto es importante, porque saca este tema cada vez que puede, te despistas un momento de la conversación y ya esté ella con que en su familia nadie duerme la siesta.

Mi marido, que debe ser adoptado, de vez en cuando se queda dormido después de comer, en el sofá, en la cama y a veces en casa de mis padres los domingos hasta en la silla del comedor.  

La madre de mi marido presume de que en su familia no son de dormir la siesta, como si eso fuera muy bueno, como si los situase en un nivel social superior al resto. La primera vez que me sacó este tema no lo entendí, pero en sucesivas ocasiones he ido preguntando y enterándome, y lo que  ella quiere trasmitir es que su familia es de trabajadores, que no descansan después de comer, claro que lo que no cuenta es que ningún día se levanta de la cama antes de las 9, que estando en mi casa salimos pitando a las 8.50  y sale en pijama a darle un beso a los niños y se vuelve a dormir.

Bueno pues todo este rollo es para contaros que el sábado, después de comer en una terracita al sol con unos amigos con niños, la madre de mi marido se quedó dormida en la silla. Mi amiga que la vio de frente me hizo un gesto sin dejar de hablar, y casi me levanto y la zarandeo gritando: 
-Qué usted no se duerme la siesta, que eso es de familias vagas!!!!!!!!!!

Pero la dejamos dormir en la silla, y hasta se le caía la cabeza y cuando se despierta nos mira como preguntándose ¿se habrán dado cuenta? y mi marido que es así de natural le dice:
-Mamá, vaya siestecita te has echado, que casi roncas, je, je.- a lo que yo añado.
-No hombre, si en tu familia no se duerme la siesta, solo estaba descansando la vista. 

Lo que nos reímos.

Ya se ha ido a su casa, y que a gusto estamos, hasta Semana Santa no la vuelvo a ver y por teléfono la verdad es que es hasta simpática. 

miércoles, 7 de marzo de 2012

El "qué diran".


Sin ninguna duda el comportamiento que menos me gusta de la madre de mi marido, es el que tiene cuando actúa pensando en “el qué dirán”.

El sábado fuimos de excursión con el Cole del mayor, lo organizaba el AMPA y era para familias, fuimos a un pueblo cercano en tren, hicimos un par de visitas culturales, comimos, los niños lo pasaron genial, en resumen un buen día.

Solo una acción enturbió este idílico día. Llegando a la primera visita, el mayor se subió cual cabra montesa a una valla de obra y se cayó, no se hizo apenas daño, pero se pegó un buen susto, y del susto se hizo pis.

Hace tiempo que controla esfínteres, incluso de noche, pero algunos escapes tiene, sobre todo si algún sábado o domingo se queda durmiendo más de la cuenta por las mañanas.

Nunca hacemos drama de esto, se limpia, se cambian sábanas, y punto pelota.
Y después de la caída, con el niño en estado de shock tampoco íbamos a hacer ningún drama, nosotros no claro, pero ahí estaba la madre de mi marido para hacer de las suyas.

Con el niño llorando en brazos de su padre, se acerca sigilosa y empieza a decirle:
-No llores, que se van a enterar todos de lo que ha pasado....
Se separa unos pasos y vuelve a la carga:
-Ahora, calla la boquita y no digas nada de que te has hecho pis....
Y otra vez:
- No digas que te has hecho pis, dices que se te ha caído un poco de agua.....

Mi hijo con tres años y medio estaba intentando calmarse y su abuela incitándole a contar mentiras!!!!!!! Todo por el maldito “qué dirán”. Ya ves tú, una excursión de niños, que no se habrán hecho pis jamás en su vida y que qué pensarán de ese niño, que se cae, se hace pis y llora, Dios mío, que vergüenza, nadie hablará con mi hijo en el recreo!!!!!!!

Conseguimos reagruparnos con el resto de la excusión y le digo a la madre de mi marido, que no se preocupe, que tengo ropa de cambio para el niño y que no tiene por qué decir ninguna mentira. Me dispongo a quitarle la ropa mojada al niño, al final del grupo, mientras esperamos que salga la guía que nos acompaña en la visita, y me coge del brazo y me dice:
-¿¿Estas loca? ¿no le irás a cambiar aquí?
-Pues sí, le voy a cambiar aquí y si no quiere verlo váyase a dar un paseo y luego vuelve.

Cambié rápidamente al niño, que se tranquilizó con sus pantalones secos. Vino su amiguito de clase a buscarlo:
-¿Qué te ha pasado?
- Me he caído y del susto me he hecho pis.
-Yo también me hago pis a veces.
-Yo un día me hice en la cama.
-¿Echamos una carrera?
-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Y asunto solucionado. La madre de mi marido no me dirigió la palabra en lo quedó de día, y que a gusto estuve.

viernes, 2 de marzo de 2012

Día 1

Llegó, vio y venció. 

Llegó aproximadamente a las 8 de la tarde, me fui a dormir a las 12, y en esas cuatro horas, le dio tiempo a soltarme algunas de las suyas, y a arrepentirme de ser buena. 

La primera llegó cuando no habían pasado ni cinco minutos desde que entró por la puerta: 
-Los niños están preciosos, muy altos y muy guapos, pero a la niña no le pongas esas coletas altas, que no le favorecen nada, parece una hippie con dos crestas (realmente quería decir punki). 

La segunda llegó con la cena, (había hecho cocido que me parece un plato fácil y que cunde mucho) 
-¿Cocido de cena? Jamás en la vida lo he visto yo esto. 
Y se metió entre pecho y espalda un plato de sopa, y de segundo garbanzos, un poquito de chorizo, patata y carne de morcillo. 

Hora de acostar a los niños, la pequeña, no tiene la cama hecha "como Dios manda", porque solo tiene una sábana bajera y una manta por encima. Se destapa continuamente y si hace frío le pongo un saquito. 
-¿No le vas a hacer la cama a la niña? ¿Así va a dormir, sin su sábana y su colcha? Ay mi pequeñita!! Si vivieras conmigo te tenía yo la cama más bonita del mundo....

He de decir que en la del cocido mi marido me echó un capote de los grandes, porque defendió mi cocido, que estaba buenísimo y le dijo a su madre que ella también lo ponía a veces de cena. Toma ya. 
Y estoy segura que mi hija a sus 18 meses no se va a vivir con su abuela ni loca,  pero no se lo voy a preguntar delante de ella porque no quiero ser cruel. 

Y el arrepentimiento vino, cuando después de recoger la cocina, me acuerdo que en la compra de esta semana le compré a la madre de mi marido un par de bricks de leche sin lactosa, que es la que toma ella. Siendo buena, porque como ella no toma leche normal, cuando nosotros vamos a su casa no hay leche y tengo que ir al súper en cuanto llegamos a comprar leche y yogures y todo "eso de niños" que ella no toma.
Le saco el brick (del Mercadona) y le digo que se lo dejo en la encimera para el día siguiente. 
Me pone cara de asco y me dice ¿Y no había de la morada? ¿de la de Kaiku? 

Y lo que tenía que haber hecho yo es abrir el brick y echárselo por encima de la cabeza, pero le contesté que no, le dí las buenas noches, me fumé un cigarro mirando las estrellas para tranquilizarme y me fui a dormir.